El jabón potásico es un insecticida y acaricida que combate eficazmente al pulgón, la cochinilla, la mosca blanca, los trips y la araña roja, entre otros; sin toxicidad para el ser humano y otros animales. Es capaz de controlar varias de las plagas frecuentes en el jardín, sin contaminar ni generar problemas a las personas y animales. No en vano está aceptado en agricultura ecológica por su nula toxicidad.
El jabón potásico es el resultado de la reacción de lípidos (grasas) con el hidróxido de potasio; para darle forma líquida se le añade además agua. El proceso es similar a la fabricación de los jabones de sodio utilizados como detergente, pero estos son más agresivos (no apropiados en jardinería). Se aplica de forma foliar, por ambas caras de las hojas y tallos, creando una capa protectora que evita que los insectos se adhieran a la planta.